Ciudad de México, Méx. El gobierno de México fue el encargado de entregar la premiación a Gabriel Bernal Granados por su destacada participación en la categoría Ensayo Literario José Revueltas 2021. Gabriel agradeció al INBAL y al ICED por mantener vivo el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas. Dijo que recibirlo representa un reconocimiento a 30 años de sus primeras publicaciones, cuando decidió dedicarse a explorar las posibilidades expresivas de la prosa a través del ensayo.

Debido a la contingencia sanitaria de la COVID-19, la entrega del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas formó parte de la campaña “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura federal, y la ceremonia de premiación se llevó a cabo en forma virtual con transmisión por redes sociales.

El autor detalló que Historias se gestó durante su mudanza de la Ciudad de México -donde vivió más de 40 años- a Cuernavaca, Morelos, y lo más difícil fue transportar su biblioteca: “Empacar para luego desempacar. En este reacomodo de mis libros en un nuevo espacio se movieron no solamente cosas físicas, sino también recuerdos”.

Expuso que esas memorias encarnaron en algunos volúmenes y se volvieron significativos, como el primero de ellos que surgió ya en Cuernavaca, un libro sobre Leonardo da Vinci y la relación que guarda su obra con el neoplasticismo florentino de la segunda mitad del siglo XV: “Estaba atorado en el segundo capítulo que para mí era clave, el descubrimiento de estas alianzas inexploradas tenía que ver con estos recuerdos que se habían movido por los desplazamientos de una casa a otra”.

Señaló que dentro del texto galardonado aparecen escritores importantes y significativos, como Salvador Elizondo, porque al igual que Jorge Luis Borges también en sus ensayos hay cuentos y en sus cuentos hay ensayos. “Aparece además ─afirmó─ otro gran prosista de la literatura mexicana de la segunda mitad del siglo XX, Antonio Alatorre”.

El escritor detalló que Historias tiene tanto la propuesta ensayística de Antonio José Ponte, como la prosa de Jorge Esquinca y Hugo Diego Blanco, quienes comparten la misma visión del ensayo, el cual no es un género utilitario, ni un vehículo de ideas cuya finalidad es la transmisión del conocimiento: “Es un género literario expresivo tan acabado en sí mismo como podría serlo también la poesía, el cuento o la novela”.