Oscurana un viaje al interior de Antoine D´Agata
AAntoine D´Agata, el curador Alfonso Morales, lo define como un enemigo del confort, un fotógrafo que “encuentra mayor decencia en la monstruosidad, que en la hipocresía de la belleza”.
El 13 de marzo el fotógrafo francés inauguró, Oscurana su primera exposición en México, en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), las 700 imágenes de 12 por 16 centímetros se puede admirar en una sala pequeña donde una especie de diario narcótico busca dar al espectador una sensación de claustrofobia, un mundo interno y oscuro.
Para el investigador Alfonso Morales, no es fácil encontrar fotógrafos como D´Agata, quien en este proyecto muestra huellas de su cuerpo, marcas de sus heridas, “toca el abismo en su cuerpo, no es el mirón que ve a lo lejos de manera mustia, es él, el que se exhibe, es un enorme atrevimiento tanto estético como moral”.
Y es que Antoine D´Agata, piensa que la responsabilidad del fotógrafo es ser parte de las situaciones que documenta, “aunque aquí la visión es muy claustrofóbica, cerrada, como si estuviéramos en un pequeño infierno, lo veo como la necesidad de estar dentro de la situación y no refugiarme detrás de la cámara”.
En la muestra la idea del autorretrato está implícita aunque no esté el rostro del autor, porque es un diario de viaje, de un fotógrafo que desde hace varios años se convirtió en un trotamundos.
Morales considera que la noción de viaje le da sentido a la personalidad de D´Agata, también es la estrategia básica de la construcción de su discurso fotográfico.
Oscurana es la oportunidad para adentrarse en la intimidad del autor, quien presenta sus imágenes junto con una pieza sonora creada por Tania Bohorquez, quien ha seguido de cerca este proyecto que se mostrará en su totalidad en agosto de 2016 en el Centro de la Imagen en el Distrito Federal.
“La exposición tiene que ver con una comparecencia ante un espejo real o imaginario que devuelve la imagen de muchas maneras, a veces incluso distorsionada del propio autor”, expresa Morales en conferencia de prensa.
Agrega que lo importante y relevante en la obra de Antoine D´Agata, es el hecho de que trasgrede la frontera entre que retrata y el retratado, colocándose en el lugar del observado, siendo también el retratante.
“Normalmente el problema de la fotografía es que establece una diferencia sustancial entre el que retrata y el que mira, el retratado y el que es observado”, detalla el curador.
Morales fue el encargado de realizar el texto que acompaña la exposición, el cual está compuesto por afirmaciones que tienen que ver con la manera en que Antoine se relaciona con la fotografía y con el mundo a través de la fotografía.
“En este retablo claustrofóbico donde él averigua su propio lugar en el mundo, parece en principio una especie de encerrona con la cámara, en un grupo de cuartos, es volver a una relación con el mundo exterior, con un yo que se asume fracturado y encuentra en la fotografía un modo de construirse, de restituirse, vía el gozo y deseo”, enfatiza el investigador y escritor.
Aclara que el proyecto completo, que se mostrará el próximo año, es una propuesta al final de cuentas política.
“Es muy importante entender que lo que está en juego no es un acto de egomanía, sino un discurso profundamente político en el sentido de la política sentada en su propio cuerpo y eso me parece valioso”.
Antoine D´Agata, quien desde 2008 es miembro de la agencia Magnum Photos, expresa que la idea de tomar un espacio pequeño en el CFMAB, era para saturarlo de imágenes, ya que busca que la exposición sea parecida a la experiencia que el vivió al desarrollar el proyecto.
“Fue algo muy intenso, caótico, en el caso de la experiencia interior, y lo que se mostrará el próximo año, son las imágenes que se captaron de violencia en distintas ciudades de México, ahora se muestra la experiencia intima y por ello tenia que ser muy saturado, compulsivo y obsesivo”, comenta el ganador del Niépce Prize en 2001.
El fotógrafo francés que ha enfocado su trabajo en problemas relacionados a la adicción, el sexo, las obsesiones personales, la oscuridad y prostitución ha estado en México en cuatro ocasiones, que considera etapas importantes en su obra.
“Lo primero que hice fue documental, blanco y negro, lo segundo en la frontera, algo más conceptual en color, luego en video y aquí está la mitad del trabajo, lo demás vendrá el próximo año, además estamos preparando un libro con todo lo que se hizo en el CaSa y CFMAB, todo el trabajo de México”.
Lourdes Báez, directora del CaSa y Daniel Brena, director del CFMAB comentaron que la presencia del artista forma parte del programa, Mano a mano, el cual busca recuperar la relación de Francia y México.
El dato
La obra que se presenta en CFMAB, fundado por Francisco Toledo, fue impresa en taller de Gráfica Digital a cargo de Hazam Jara, en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).
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